La aparición de Horacio Banegas en el escenario de lo más encumbrado de la cancionística de Santiago del Estero, no sólo ratifica el poderío musical de esta provincia, sino que además, genera un ámbito de análisis y reflección cultural.
Digo mejor, como un nuevo fenómeno de masas, de consumo popular nos habla a las claras de la iniciación de un camino paralelo, de una propuesta alternativa, a la que predominó estos ultimos diez años en el cancionero local y nacional, sin desmerecer lo anterior, repito, sin desmerecer lo que podemos considerar clásico, tradicional y exitoso.
Banegas abre una nueva brecha cuya luminosidad nos dice que Santiago tenía algo más para mostrarle al país y su pueblo y cuyos mayores beneficiados serán los nuevos, los que vienen, los que, desde hace mucho tiempo atrás suponían que imponer una propuesta musical novedosa parecía una utopía digna de Don Quijote y los molinos de viento.
Por eso creo que Banegas, más allá de Banegas mismo, por eso creo en su canción como un mensaje de esperanza para todos los artistas y Santiago del Estero.
Adolfo Marino "Bebe" Ponti
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